Fragil

Siento la soga en el cuello, más aun no realizo el nudo, maldita cobardía. Y no son pocas las veces que en el intento de olvidar el presente, me escondo inocentemente en las nieblas del pasado, o del futuro impreciso, o en mi mundo estragado, o en la vida de los cuentos inconclusos, no acabados. Tan profundo veo el drama de la vida, que esa red ya no me atrapa en sus mentiras. Presta huyo del embrujo de sus males y en mi tiempo desdibujo en mi cuento sus pesares, en danzantes hadas blancas rebosantes de hermosura, o en negras capas livianas que en contraste con la luna tornan el día en penumbra. Y huyo del recuerdo del comienzo, y huyo del pavor a los finales, temiendo algo muy distinto al clásico final de los anales. Matices que rompan el encanto del arquetípico final de ser ¿felices?
               

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