El tormento se ha vuelto tan eterno que ya no duele como
antes, son sus cenizas las que van quemando poco a poco. Mi alma se encuentra
tan vacía que hasta el silencio más oscuro ocupa algún lugar en ella, el tiempo
que corre a una velocidad vertiginosa no parece percatarse que yo aún sigo
quieta, que mis pies han permanecido inmóviles desde aquel momento, sigo en un
plano paralelo buscando el botón que
hace correr de nuevo la película, pero todo esta oscuro, no puedo ver nada a mi
alrededor.
Cierro los ojos y veo caer mi alma hacia un pozo sin fondo, me mira,
puedo ver sus ojos, mis ojos, que un día fueron brillantes y transparentes y
hoy son meros cristales opacos, intento agarrarme fuertemente a ella, pero mis
manos la traspasan como si de humo se tratase. No me gusta, quiero cambiar de
sueño, grito y grito ¡¡ no me gusta, quiero cambiar de sueño!! Y el escenario
se apaga.
Aparezco entonces en algo que no se describir muy bien, hay muchos
pasillos, muchos espejos, camino de un lado a otro observando como mi propio
reflejo no me quita ojo, siento su mirada clavarse en cada parte de mi cuerpo,
siento como me juzga a cada paso que doy.
Abro los ojos y me doy cuenta de que soy solo una
desconocida más alrededor de mi misma, viajando dentro de un reloj sin pila,
intentando recuperarme de algo que nunca ocurrió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario