Integridad

Aquello que sacude nuestro corazón es nada más y nada menos que momentos preciosos y sencillos que llenan de goce y satisfacción nuestras vidas. Esos pedacitos de tiempo y espacio que se atesoran en el fondo del ser y que nos ayudan a ser felices. El deleite de los sentidos en todos los ídem, valga la redundancia. Vista, oído, olfato, gusto, tacto. Hedonismo en estado puro, pero hedonismo bien entendido.
… un café con leche recién hecho…
… una caricia todo a lo largo de la espalda…
… la risa de un bebé…
… el cielo gris y la luz de otoño…
… el aroma del jazmín en primavera…
… chocolate amargo…
… el tacto de la hierba húmeda en los pies descalzos…
… una buena conversación sobre cualquier cosa interesante, trascendente o mundano…
… la hipnosis que produce ver dormir a tu hijito, imagen viva de la placidez,

… la luz del amanecer entrando por la ventana, la brisa refrescante, cortinas blancas, el susurro del mar, el abrazo del ser amado… (Esta es el colmo del placer, para mi gusto)

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