Nada vence un sentir (primera parte)

Verano, noche clara. Las estrellas rutilan descaradas, rodeando la cara que muestra la hermosa luna.
En uno de los árboles del parque de aquella majestuosa casa, estaba el apoyado, de figura atlética y arrogante, fuma cigarrillo tras cigarrillo, mirando el cielo.
Quieto, estático, con los ojos fijos en todo y en nada, Tenía que entrar en esa casa, dio un salto cuando la braza del cigarrillo quemo su blanca camisa.
Las grandes puertas se abren y pasa lentamente un coche, Luisa llegaba cansada luego de una larga jornada
-buenas noches bonita
- ¿eh? ¿Qué estás haciendo acá? ¿No viajabas a chile? Lo que me faltaba, encontrarme con vos, día de mierda si los hay…
-- tranquila fiera, que todo esto es tuyo y la noche de todos, por lo tanto mía también
Y prendió otro cigarrillo con todo descaro
-          ¡sos un cínico!
-          Así me han dicho infinitas veces, tantas que termine por creerlo… mira que hermosa noche, y vos con esa cara de enojo, estas realmente fea, y a mí me gustan las mujeres lindas, ya lo sabes, si suavizas un poco esa fruncida nariz… perdonare las ojeras y tu despeinado pelo (irónico comento)

Enfurecida, siguió su marcha y estaciono el coche, bajo, abrió la puerta de la casa al tiempo que gritaba
-papa, ¿qué demonios hace mi primo acá aun?

Su padre dormía  en el piso de arriba y no escucho chillar a su hija, ella se descalzo, fue a beber agua, estaba agotada, paso la mano por su nuca, una ducha aliviaría aquel día.
Escucho la puerta y vio desde la cocina como su primo entraba, bello, con media sonrisa, y se tiraba en el sofá
Luisa, necesitaba beber, con dos hielos se sirvió una buena cantidad de whisky y giraba los hielos con su dedo y lo miraba
-ven nena, y tráeme uno a mí,
Ella se ruborizo, ¿cómo demonios sabía que lo estaba mirando?, ¿acaso era un brujo? Sirvió otro whisky y se dirigió hacia la sala donde él estaba, estiro su mano y el tomo el vaso y la miro de una forma…
-pensé que viajabas a Chile, sabes que no me hace bien verte, no está bien que estemos bajo el mismo techo
-no podía irme sin antes verte, además tu cara ya se ve bonita, asique es hora de que hablemos de lo nuestro
- ¿nuestro? No hay nada nuestro, olvídalo, es por el bien de los dos, de todos
-a ver si nos entendemos, en tu vientre llevas a mi primogénito y ¿pretendes que desaparezca sin más?  (Se puso de pie, justo delante de ella, la tomo de la cintura, ella no ofreció  resistencia, y mirándola a los ojos le dijo…
- veni conmigo, cagate en lo que digan, mira tus ojos brillan siempre que estás conmigo, y mi corazón se sale de mi pecho cuando siento tu aroma
-basta, esto es un escándalo para mi familia, que dirán de mi padre, mi madre, sus amigas… ¡tu madre!
El la abrazo fuerte, ella fundida en ese abrazo, deseaba que durara para siempre…
-estoy perdidamente enamorado, y no voy a cambiar mi decisión.
- ¿estás seguro?
-totalmente…
Fulguran sus ojos ante el triunfo rotundo que adivina le deparara su suerte, porque ese amor, ese amor… no se pierde






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