Inmaculada estirpe


Yo sé que algún día, la mujer de carne y espíritu morirá,
y la  de los huesos persistirá.
Los sentidos se perderán de manera sideral.
Esta lengua que habla, estos pulmones que gritan, esta vitalidad que nos apresura y desea… este cerebro que llena mi cráneo con ideas se dormirá para no despertar.
Mis  huesos inmortales tomarán el control, de esta carne muerta y la muerta hora.
Lenta baja la interminable noche, y el nuevo nacimiento cae sin reproche,
Inquieta intentare seguir vagando, lento y solo peregrinar
Será que ni en ese estado podre descansar de la pena y la maldad, de la libertad y la gloria.
Todo tiene un porque, y mi porque será que mis hijos quedan, en cuerpo y alma, vestidos… no son eternos,
Y vociferan que descansare. Ilusos, por ellos ah de hacerse mi voluntad, su vida y su carne siempre me pertenecerán
Hasta que mi sentido decaiga, este grito de mi pensamiento golpeará la distancia, la ausencia y el duelo.

 Ya está escrito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario