La aurora y
mi alma
elevan mis
palabras
más allá de
las fronteras
y las acogen
corazones espirituales
mientras duermen plácidamente,
cuando las
estrellas saludan a la luna
y la bóveda celeste protege nuestros sueños.
Revoloteas entorno a mis emociones,
y las
abrazas con tu magia
para dibujar en ellas
destellos de
paz
y con ellos
te posas en mi alma,
donde acaricias mi luz
y te siento
como una bendición.
El sol es testigo
de la calidez que aportas
a mi momento presente
y de cómo lo envuelves
con tu amor y esperanza
en el
proceso de mis días.
Aguardas a
que el cielo
se enamore de la noche
y me adentre
en el subconsciente
para llevarme al regazo
del infinito
donde lo sublime
se funde con
lo divino
y me siento
en unidad contigo.
Te miro a
los ojos
y me encuentro a mí misma
en el
despertar de un amanecer
con rayos de
eternidad
al abrigo
del alba.
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