Era el momento ..Había que subir al ático y buscar
el libro...Salí al patio y subí los treinta escalones de piedra fría.. En el
camino me topé con el polvo y las largas telas tejidas pacientemente por las
arañas..Pero nada me detendría ni las arañas ni la inercia...Debía encontrar de
nuevo el camino a casa o moriría en este mundo perdido en la nada...Poco a
poco. conforme fui subiendo el aire se hizo menos enrarecido y un vientecito
helado empezó a golpear mis oídos..Al final me topé con la puerta maciza de
hierro..Con mano temblorosa giré la perilla y esta cedió fácilmente, sólo
protestó con un crujido doloroso, producto del moho y del tiempo ..-Seguro que
ya ni recuerdan esta puerta -pensé- pues la llave no está puesta.Al llegar a la
amplia azotea me golpeó el viento ululan te de la tarde y sin pensarlo dos
veces, busqué la puerta del ático...Con cuidado entré en ese recinto oscuro,
donde el tiempo pareciera haberse detenido..Habían baúles por doquier, restos
de vidas pasadas, ropas y enseres en desuso..Entre todo ese laberinto de
objetos me abrí paso y al final tirado entre varias vasijas medio rotas,
encontré el libro....Había sido un largo camino y al tomarlo entre mis manos
recordé como era cuando lo vi por primera vez..Nuevo y reluciente..Ahora lucía viejo
y ajado, con las páginas sueltas y descompaginadas, con las huellas de haber
sido leído miles de veces, pero no importaba, allí estaba..Lo abrí en cualquier
página y de pronto una luz resplandeciente lo inundó todo y el cuartucho me
pareció menos oscuro y lúgubre.. Poco a poco me sumergí en ella y mi cuerpo se
fue desvaneciendo y al fin me fui alejando de aquel lugar...De aquel mundo...
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