Te vi
en el jardín abierto por la luna
en el jardín abierto por la luna
y en aquel
instante
un rayo
sumergido en el ensueño
te alumbró
en la distancia.
Me viste
sobre la
herida blanca del silencio
y entonces
tú captaste
que el amor
era sólo una visión.
Nos vimos
aquella
tarde en medio de las nubes
y una línea
infinita
hizo de
bisectriz en nuestro encuentro.
Te miré
al tiempo
que una estrella
nos robó el
jeroglífico del alba.
Me miraste
a través de
la luz de una farola
y entendiste
mi alma con la sombra.
Nos miramos
un día de
tormenta
bajo las
ruinas grises de aquel faro
y un
relámpago azul evanescente...
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