de besos en exceso
que detenían el reloj.
Podría quedarme en tu boca
hasta el fin de mis días
sin cenar nada más
que tu saliva y ser feliz.
Recuerdo un tiempo
de cuentos que tus manos
escribieron
con pericia y encanto
sobre mi vientre desolado.
No le temo al infierno
si es el camino
que debo recorrer
para sentir de nuevo el placer
que le obsequiaste a mi piel.
Recuerdo un tiempo
de humedad tibia
que saciaba mi sed de años.
Gritando la cielo.
Soñando el sueño
de tu sexo iluminado.
Soñando el sueño
de tu sexo iluminado.
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